Turismo
Esta asociación echa de menos medidas valientes de protección de nuestras empresas, como han hecho otros países europeos.
Los empresarios hoteleros y turísticos están muy preocupados por la gestión de esta crisis desde el Gobierno central sobre todo en materia económica y empresarial. Desde que empezó el estado de alarma, ninguna medida de las que ha tenido que tomar el Ejecutivo se ha hecho pensando en el tejido productivo que sostiene este país, y del cual el turismo es responsable del 14%.
Nuestros empresarios son conscientes que controlar la crisis sanitaria es ahora lo prioritario y fundamental, y el paso sin el cual no nos permitirá avanzar.
"Somos tan conscientes de ello que empezamos a implantar medidas de cierre antes incluso de que lo ordenara el propio gobierno, atendiendo siempre a la seguridad y salud de nuestros clientes, nuestros trabajadores y los ciudadanos en general. Fuimos capaces de cerrar el 99% de nuestra planta hotelera en apenas 72 horas, lo que supuso repatriar a más de 50.000 turistas en un tiempo récord. Y todo ello lo hicimos de forma completamente privada, sin apoyo ni asistencia del Gobierno. Seguramente con esta medida evitamos centenares o quizá miles de contagios que podían haber agravado mucho esta crisis sanitaria".
Por ello, teniendo en cuenta que esa es la prioridad número uno y que cumpliremos escrupulosamente todas las medidas que se tomen, el Gobierno de España se equivoca al hacer recaer todo el coste de la crisis en las espaldas de las empresas.
Ni una sola de las medidas tomadas por el Consejo de Ministros beneficia a las empresas más allá de un ERTE por fuerza mayor con condiciones más que discutibles. Y nos sumamos a las opiniones de otras organizaciones empresariales como CEV al poner de manifiesto que el Ejecutivo vuelve a generar incertidumbre al anunciar un parón de actividad sin concretar qué se consideran actividades esenciales y sin ni tener en cuenta que el correcto funcionamiento de las actividades esenciales requiere de las no esenciales, lo que demuestra un completo desconocimiento del tejido empresarial.
El riesgo de quiebra del sistema económico y empresarial español es más elevado ahora que nunca, y en ese panorama el turismo es especialmente sensible. Lo que nos ha costado 60 años de construcción, de ilusión, de inversión y de compromiso se puede tirar por la borda en apenas 30 días por decisiones estratégicas equivocadas. Hemos construido un sector fuerte, pero si no dejan de ponernos peso encima, estas columnas de la sociedad que son las empresas y que ya están resquebrajadas van a romperse definitivamente. Y no podemos dejar que esto ocurra.
Echamos de menos medidas valientes de protección de nuestras empresas, como lo han hecho otros países europeos. Y también echamos de menos, por qué no decirlo públicamente, medidas de control del superfluo gasto público innecesario en estos momentos. No es posible que trabajadores y empresas estén ajustando cinturones hasta la extenuación y que todo el sector público no haya tomado ni una sola medida de reducción del gasto innecesario en estos momento.
Los empresarios, unidos contra el coronavirus más allá de lo imaginable.
Este Gobierno ha conseguido varias cosas: ha conseguido que todos los ciudadanos nos unamos para luchar contra un enemigo común que es el coronavirus. También ha logrado crear la primera gran crisis económica apenas dos meses después de llegar al gobierno. Ha logrado que sean las empresas, con sus donaciones, con sus medios, con la modificación de sus procesos productivos las que estén tapando los miles de agujeros de la nefasta gestión que se está haciendo de esta crisis.
Ha logrado que la solidaridad empresarial roce cotas inimaginables hace apenas un mes: 22 hoteles de la Comunidad Valenciana han puesto 2.870 habitaciones a disposición de la Sanidad pública para atender la emergencia sanitaria, así como la donación de miles de mascarillas, geles hidroalcohólicos, guantes, y todo tipo de EPIs para aquellos que lo necesitaban de forma imperiosa.
Ha logrado que las empresas, además de soportar los costes laborales, tengan que hacer donaciones económicas en sus áreas de salud para la compra de EPIs básicos porque se nos rompe el alma de ver las condiciones en las que están trabajando sin descanso los sanitarios. Y ha logrado que estemos deseando retomar la actividad normal para poder recompensarles como se merecen.