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La preservación del carácter residencial de Ciutat Vella evitando la proliferación de nuevos apartamentos turísticos, la recuperación de su identidad como enclave emblemático de la ciudad de València, la reorganización de su equilibrio dotacional y, en definitiva, la mejora de la calidad de vida y urbana de sus residentes, son los principales objetivos del Plan Especial de Protección de Ciutat Vella, que unifica criterios urbanísticos para proteger y revitalizar el corazón de la ciudad, y que hoy ha presentado el concejal responsable del área de Desarrollo Urbano, Vicent sarrià.
«Hemos presentado el documento que someteremos a aprobación a la Comisión de Urbanismo de la próxima semana y al próximo Pleno. El Plan Especial de Protección de Ciutat Vella es un documento largamente demandado por empresarios, por constructores y vecinos, que permitirá simplificar y unificar todas las normativas y planes urbanísticos que afectaban a Ciutat Vella y que la convertían en un galimatías normativo», ha afirmado Vicent Sarrià, quién se ha referido igualmente a las «importantes consecuencias desde el punto de vista patrimonial» de este documento que, tras su aprobación preliminar, será sometido a un periodo de exposición pública de 60 días.
«El gran objetivo ha sido el de preservar el carácter residencial de la mayor parte de los barrios de Ciutat Vella, evitando la proliferación de nuevos apartamentos turísticos y preservando el uso residencial de la mayoría de edificios, a excepción de aquellos que por razón de protección o por su carácter singular puedan destinarse a otros usos. También se ha buscado reorganizar el equilibrio dotacional para residentes de Ciutat Vella, que permita que pueda disponer de dotaciones de proximidad más allá de lo que son meramente edificios administrativos. Se ha hecho una especial incidencia en la recuperación del carácter monumental y paisajístico en dos sentidos: recuperar espacio público y determinados ámbitos emblemáticos, y aumentar considerablemente el catálogo de bienes protegidos del Centro Histórico en más de 400 edificios, que de una manera u otra disfrutarán de algún tipo de protección», ha concretado Vicent Sarrià en relación con esta versión preliminar del PEP de Ciutat Vella que también aumenta sustancialmente el catálogo de Bienes de Relevancia Local.
MEJORAR LA CALIDAD URBANA Y LA CALIDAD DE VIDA
«Hemos hecho una apuesta para mejorar la calidad urbana y la calidad de vida de los residentes, pero también la relevancia y categoría de Ciutat Vella como lugar emblemático de València», ha añadido Sarrià, que ha expuesto las grandes líneas y objetivos de este Plan Especial de Protección que tiene una vigencia de 20 años y contempla una inversión pública de 34 millones de euros repartidos en 12 anualidades.
El PEP de Ciutat Vella ha sido elaborado por un equipo multidisciplonar coordinado desde la concejalía de Urbanismo,«que ha realizado un trabajo muy intenso durante un año y medio» y en el que se ha contemplado también un amplio proceso de participación ciudadana, se han organizado talleres y se han recabado opiniones .«Ese proceso participativo va a continuar tras la exposición al público», ha asegurado Sarrià.
El concejal de Urbanismo ha insistido en ese objetivo primordial de recuperación del carácter residencial de Ciutat Vella, «preservando los barrios con un tejido residencial más potente, las tramas urbanas con vida y residentes», de fenómenos como el de la turistificación. Esa recuperación contempla una nueva regulación del régimen de usos, la reordenación de las áreas degradadas, el mantenimiento del equilibrio de las dotaciones publicas y la mejora de la calidad urbana a través de la recuperación de espacios para el peatón y la mejora de la calidad y la estética del paisaje urbano.
En cuanto a la preservación de los valores patrimoniales del ambito de Ciutat Vella, y de su identidad, mediante la elaboración del catálogo de protecciones,Sarrià ha afirmado que «hemos querido dar un paso muy importante al aumentar el nivel de protección de edificaciones que mantienen la calidad patrimonial». Este PEP contempla que 412 nuevos inmuebles se sumen al catálogo de edificios con algún tipo de protección, hasta alcanzar la cifra de 2.078 edificios protegidos en todo el ámbito.
Además de mantener y aumentar el tejido y la población residencial, la nueva regulación del régimen de usos contempla fomentar el comercio tradicional y hacer compatible el uso terciario en edificio singulares y poco aptos para uso residencial, «y así fomentar la rehabilitación de edificios actualmente sin uso». El PEP suprime la compatibilidad y el cambio de usos como base, contemplándola unicamente, y de modo excepcional, «para edificaciones singulares o elementos protegidos que dificilmente pueden destinarse a uso residencial» . En el barrio de Sant frances, con mayor uso terciario, los edificios dedicados a uso turístico deberan guardar una distancia mínima de 150 metros entre sí.
Respecto a los comercios históricos, a menudo sustituidos por estableciminentos hosteleros, se establece, como forma de protegerlos, que la distancia entre bares y restaurantes deberá ser de 65 metros